“Colombia Sin Hambre desaparece”, en un reciente comunicado oficial a través de la cuenta en X (anteriormente Twitter), el director Gustavo Bolívar confirmó lo que muchos temían.
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Este anuncio, acompañado de una explicación detallada, ha generado un intenso debate sobre las decisiones presupuestales que llevaron a esta determinación.
El programa, que buscaba aliviar la inseguridad alimentaria y brindar apoyo económico a los sectores más vulnerables, llega a su fin tras una serie de recortes que han impactado significativamente a la encargada entidad de su gestión.
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Inicio del problema: recortes presupuestales millonarios
El principal motivo de que “Colombia Sin Hambre desaparece” radica en los drásticos recortes presupuestales realizados este año. Según el comunicado, Prosperidad Social, entidad responsable de ejecutar el programa, enfrentó una reducción de 1,7 billones de pesos .
El presupuesto inicial para el 2024 estaba proyectado en 10,7 billones de pesos , pero los recortes lo dejaron en apenas 9,899 billones .
“Cuando nos quitan 1,7 billones, sencillamente no tengo cómo pagar todo lo que estaba programado para este año. No es que hayamos malgastado el dinero o destinado a otras cosas, simplemente no contamos con los recursos necesarios”, explicó el director general de Prosperidad Social.
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Este recorte no solo afectó a “Colombia Sin Hambre”, sino también a otros programas sociales como Renta Ciudadana , Devolución del IVA y otros subsidios clave, lo que ha generado preocupación entre los beneficiarios.
Colombia Sin Hambre desaparece: víctima de las decisiones políticas y económicas
El comunicado detalla que las decisiones de recorte no fueron responsabilidad directa de Prosperidad Social, sino consecuencia de varios factores, entre ellos:
Bajo recaudo fiscal: La falta de ingresos suficientes para cubrir el presupuesto nacional fue un golpe decisivo.}
Negativa del Congreso: Una propuesta de ley de financiamiento, que habría generado ingresos adicionales de 12 billones de pesos , fue rechazada en el Congreso de la República. Este dinero habría permitido cubrir los déficits presupuestales y garantizar la continuidad de varios programas sociales.
Altas tasas de interés: Estas han reducido el consumo y el crecimiento económico, lo que a su vez afecta la recaudación tributaria.
El funcionario también destacó que el recorte fue generalizado para todas las entidades del Gobierno, pero Prosperidad Social fue una de las más afectadas debido a la magnitud de sus programas y la cantidad de beneficiarios que atiende.
¿Qué pasa con los pagos pendientes?
En medio de esta situación, los beneficiarios de programas sociales como Renta Ciudadana han expresado su preocupación por los pagos no realizados. Según el comunicado, el último ciclo de transferencias programado para diciembre, especialmente para madres cabeza de hogar con hijos menores de 6 años , será aplazado para enero del 2025.
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“Esto no significa que se les esté negando el pago, pero sin recursos suficientes, hemos tenido que priorizar y reprogramar algunas transferencias”, explicó el funcionario.
Impacto en las familias vulnerables a raíz de que Colombia Sin Hambre desaparece
“Colombia Sin Hambre desaparece ” afecta directamente a miles de familias en situación de extrema pobreza. Este programa era una de las principales líneas de intervención del Gobierno para combatir el hambre y garantizar la seguridad alimentaria.
Ahora, esas familias deberán enfrentarse a un futuro incierto, sin la certeza de recibir el apoyo económico que tanto necesitan.
Organizaciones sociales y líderes comunitarios han expresado su descontento, señalando que este recorte afecta a los sectores más vulnerables y pone en riesgo los avances logrados en la lucha contra la pobreza.
Un panorama desalentador para los más vulnerables
La confirmación de que “Colombia Sin Hambre desaparece“ marca un punto de inflexión en la política social del país. Mientras el Gobierno enfrenta críticas por la falta de recursos y las decisiones presupuestales, miles de familias se encuentran en la incertidumbre sobre su futuro.
Este anuncio pone de manifiesto la urgente necesidad de una política fiscal sólida y de consenso en el Congreso para garantizar los derechos básicos de la población más necesitada. Sin duda, el fin de este programa será recordado como uno de los momentos más críticos en la lucha contra la pobreza en Colombia.
Para los beneficiarios, queda la esperanza de que el próximo año traiga soluciones y recursos suficientes para retomar el camino hacia una sociedad más equitativa. Mientras tanto, el país observa atención con las decisiones del Gobierno y el Congreso en los meses por venir.